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Chistes verdes

Hay chistes de muchos tipos, pero de entre todos, ¿cuál es el que más triunfa en las giras de cómicos o en las reuniones con amigos? Los chistes verdes son los favoritos por todos y los más utilizados. Son la estrella y el toque picante que acapara las risas y carcajadas.

Veamos a continuación una selección de los mejores chistes verdes… ¿O quizás sean los peores? Eso ya a elección de cada uno.

  • Oye, ¿a ti te gustan las almejas con limón?
  • Si, pero mi mujer dice que le escuece


  • Doctor, doctor, padezco de eyaculación precoz.
  • ¡Coño!
  • Ahhhg…

  • ¿Sabes que tengo una novia diésel? – le dice un amigo a otro
  • ¿Y eso?
  • Porque no me chupa nada, la cabrona.

Un joven estaba con su novia en un parque. Comienzan a besarse, a toquetearse, y el chico ya no puede más. Comienza a rogarle por lo que más quiera que se deje hacer el amor, pero la chica no accede. Finalmente el joven le dice:

-¡Anda, mujer! ¡Déjame al menos que te meta la mitad!

La novia, por fin convencida, acepta:

-Bueno, pero solo la mitad… Promételo.

El joven se lo promete y se lanza sobre ella desesperado. Olvidando su palabra con la pasión del momento, le mete todo lo que tiene. La chica, al sentir la embestida, goza tremendamente y le dice a su novio:

-¡Paco, métemela toda!

El novio, algo avergonzado y tratando de salvar su orgullo, le contesta:

-¡Ah, no! ¡Una promesa, es una promesa!


¿En qué se parece el sexo y el mus?

-En que si no tienes una buena pareja, te hará falta una buena mano.


Una muchacha pasa todo el día con su novio en el parque y al llegar a su casa, escribe en su diario:

«Querido diario: hoy estuve con mi novio en el Parque de los Patos, nos besamos, nos acariciamos, y él me hizo proposiciones indecentes, pero salí corriendo: mis piernas son mis mejores amigas».

Al día siguiente, va con el novio a una pradera y al llegar a su casa, escribe en su diario:

«Querido Diario: hoy estuve con mi novio en la Pradera del Sur, nos reímos, nos besamos, nos acariciamos, él me hizo proposiciones indecentes, pero salí corriendo: mis piernas son mis mejores amigas».

Un día después, se va con el novio a su apartamento, y al llegar a su casa escribe en su diario:

«Querido Diario: hoy estuve con mi novio en su piso, nos besamos, nos acariciamos y él me hizo proposiciones indecentes… y me di cuenta de que hasta las mejores amigas se separan»


-Oye, ¿tu mujer folla contigo por amor o por interés?

-Pues debe ser por amor, porque interés pone muy poco.


La noche de Reyes, envuelto en la total oscuridad, Baltasar entra de puntillas en la habitación. Comienza a desnudarse: túnica, chaleco, zapatillas, por último, se quita el turbante y se mete en la cama.

De repente un grito y la chica se despierta, alborotadísima:

-¡Que era un Volvo! ¡Lo que yo pedí fue un VOLVO!

Chistes verdes


-¡Eh, guapa!, vayamos a mi apartamento, encarguemos unas pizzas y hagamos el amor como bestias, ¿De acuerdo?

-¡Claro que no!, ¡Ni loca!

-¿Por?… ¿No te gusta la pizza?


¿Cuál es el mejor método anticonceptivo?

-El Di Caprio, quedarse helado aunque la chica esté mojada.


Dos amigos casados:

-Oye, tú a tu mujer le das por el otro lado?

-No jodas, ¿para qué se quede embarazada?


Tras dos años de noviazgo, un joven decide proponerle matrimonio a su novia. No habían mantenido nunca relaciones y ella, antes de aceptar, pensó que debía confesarle algo:

-Verás, resulta que a los ocho años padecía una extraña enfermedad y mis pechos detuvieron ahí su desarrollo.

Él le dijo que le amaba igual, y que no le diese más vueltas, de hecho, también tenía algo que le preocupaba:

-Mariela, he de decirte que tengo el pene del tamaño de un recién nacido, espero que esto no sea un problema.

Viendo la anterior comprensión que él había mostrado, la chica le aseguró que también lo amaba tanto que buscaría la manera de solucionar su pequeño problema.

Así que se casaron y al llegar a la habitación comenzaron los besos, las caricias… y Mariela introdujo su mano en el pantalón del chico. Al momento, dio un salto hacia atrás y un grito ensordecedor se oyó en todo el hotel.

-¡Me mentiste! – gritó ella-, me dijiste que tenías el pene del tamaño de un recién nacido.

-Sí, eso dije… ¡Pesa dos kilos novecientos y mide cuarenta y ocho centímetros!


Una mujer se va de vacaciones al Caribe y allí conoce a un mulato musculoso y macizo. Empiezan a charlar y a bailar y terminan rompiendo los muelles de la cama. Después de la faena, la mujer le pregunta su nombre.

-Prefiero no decírtelo. Cada vez que lo digo, todo el mundo se ríe. Llámame como quieras.

Ella lo deja estar y así continúan los quince días de vacaciones: bailando, tomando daiquiris y haciendo el amor a todo trapo. En la víspera de la vuelta, la mujer insiste para que el hombre le diga su nombre y finalmente lo convence.

-Me llamo Nieve – le contesta el negro.

Al oír eso, la mujer empieza a reírse a carcajadas.

-¿Lo ves? Ya te dije que todo el mundo se reía de mi nombre.

-No, qué va. No me río de tu nombre. Estaba imaginando la cara de mi marido cuando le diga que he tenido veinticinco centímetros de nieve durante quince días en el Caribe.