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Chistes de animales

Dijo Konrad Lorenz «Creo que he encontrado el eslabón perdido entre los animales y el Homo Sapiens». En este apartado de chistes y entre elefantes hermanados con hormigas, rivalidades de la jungla, cebras, pulgas, perros, gatos y vacas que hablan, podremos encontrar otros muchos eslabones.


Un día a las 5 de la madrugada está un hombre en su casa y suena el teléfono, se levanta lo coge y le dicen:

¡Yo sé hablar!

Y el hombre cuelga el teléfono y regresa a la cama. Al día siguiente lo mismo, llaman coge y le dicen:

¡Yo sé hablar!

Y el hombre vuelve a la cama. Al día siguiente otra vez lo mismo, llaman, coge el teléfono y le dicen:

¡Yo sé hablar!

El hombre un tanto molesto, contesta con dureza:

¡Y yo, también!

Y le dicen.

¡Sí, pero tú no eres una vaca!


Un día en la selva se encontraba un lorito arriba de un árbol y cantando repetía:

¡Yo soy el rey de la selva!

Y después de varios minutos lo escuchó el león, este, muy enojado se lanzó sobre el lorito y con sus garras lo golpeó, tirándolo y dejándolo muy malherido en pleno suelo. Por ahí pasaron unos ecologistas que lo levantaron y para curarlo lo metieron en una jaula. El lorito despertó y al verse tras las rejas exclamó:

¡Qué paliza le habré dado al león que me pusieron tras las rejas!


Dos vacas hablando:
Oye, ¿Has oído el rumor ese de que estamos locas?
¡Y a mí qué me cuentas! ¡Yo soy un perro!


Un hombre llega a una cantina con unos pollitos y pide un trago para él y sus sobrinos, después de un rato el cantinero le pregunta:
¿Por qué le dice sobrinos a sus pollitos?
Y este le responde:
Porque en el camino me los encontré y estaban gritándome, tío, tío, tío.


Va un cocodrilo caminando y se cruza a un perro, y le grita:
¡Adiós bolsa de pulgas!
Y el perro, con mucha bronca, le grita:
¡Adiós bolsa de mano!


¿Por qué los elefantes no chatean?
Porque le tienen miedo al mouse.


Una hormiga bañándose en el mar y llega el elefante y le dice:
-Hormiga, sal del agua y la hormiga que se está bañando le dice:
-No quiero salir.
Y le contesta el elefante:
-He dicho que salgas, he dicho que no respondió la hormiga.
-Y al rato salió la hormiga y le dice:
-¿Qué quieres, elefante?
Y dice:
-¡Ah! ¡Que creía que tenías puesto mi traje de baño!


Un ciempiés hijo, todo asustado tocaba desesperadamente la puerta de su casa y decía:
¡Papi, ábreme la puerta que un pollo quiere tragarme!
Su padre le respondió:
Espera hijo, yo me pongo los zapatos y te abro la puerta.


Había una vez un loro que tenía un dueño pelado, y por eso el loro siempre le estaba diciendo:
Pelado, pelado, pelado, pelado.
Un día el dueño se cansó que le dijera pelado y le dijo al loro:
¡La próxima vez que me digas pelado te tiro por el inodoro!
Al loro no le importó y le siguió diciendo:
¡Pelado!
Entonces el dueño lo tiró por el inodoro, pero como un loro no entra por el inodoro quedó ahí medio acurrucado.
Un día el dueño va al baño y el loro le dice:
¡Che pelado, te hiciste la raya al medio!


En el Polo Norte está una pareja de pingüinos que quieren tener familia, y están esperando que la cigüeña lleve a su hijo, en eso llega el día y reciben al pequeño. Pero al verle se dan cuenta de que no es un pingüinito su hijo, sino un pollito.
En eso el pollito va a decir sus primeras palabras y dice:
¡Me-me-me-meeee-meeee!
La pingüina contesta:
¡No, pollito, no debes decir meee, sino pío!
Y el pollito responde:
¡Nooo, yo digo meee, men-digo fríooo que hace aquí!


Un señor se va a una tienda a comprar un lorito y le pregunta al vendedor si el lorito sabía hablar, el vendedor le dice que sí y el señor compra al lorito. Al llegar a la casa el señor le dice al lorito:
¡Dime tío!
El lorito no respondía y él le vuelve a decir:
¡Dime tío!
Y no pasaba nada, y el señor decide darle golpes al lorito, pero nada que hablaba. Lo tira por la ventana y al otro día escucha una voz diciendo:
¡Dime tío!
El señor se asoma a la ventana y ve al lorito que tenía a un pollito agarrado por el cuello y le gritaba:
¡Dime tío!
Pero el pollito decía:
Pío, pío, pío.
El lorito lo empieza a golpear y le dice con «p» no con «t».


¿Qué le dijo una serpiente a otra?
¡Eres una arrastrada!


Entra un cartero en una casa, y encuentra un cartel que dice, «Cuidado con el loro», pero hace caso omiso y continúa caminando, y encuentra otro cartel que dice, «No moleste al loro». El cartero un poco asustado abre la puerta, y ve un lorito pequeño y casi desplumado, con un cartel que dice, «Loro peligroso». El cartero riéndose toca la jaula, el loro da un golpe en el suelo y dice a su perro:
¡Sultán, mata!


Iban 3 pollos caminando frente al supermercado, cuando de repente leen un cartel en la puerta del supermercado: «Hoy, día del pollo» y los pollos se abrazan.


Estaba un pollito fumando marihuana y entonces, en ese instante llega otro pollito y le dice:
Pollito, ¿qué estás fumando?
Y el pollito le dice:
Pruebe.
Entonces, prueba y el otro pollito le empieza a decir:
Pollito, ¿qué siente?
No, nada.
Fume otra vez, ¿qué siente?
No, nada.
¿Qué siente?
No, nada.
La última vez, ¿qué siente? ¿qué siente?
No, nada.
¿Cómo así que nada?
Sí, ni el piquito, ni las paticas, ni las plumitas.


¿Por qué los perros aúllan en el desierto?
Porque no hay árboles, solo cactus.


Si quieres saber el tiempo, tienes que dejar el perro afuera, si queda mojado es porque está lloviendo, si queda empapado es porque está lloviendo muy fuerte, si tiene pedazos de hielo en el cuerpo es porque está granizando, si queda con el pelo parado es porque hay viento, y si le queda muy caliente el cuerpo es porque hace mucho calor, si quieres saber siempre cómo está el tiempo, tienes que dejar siempre al perro afuera.


CARIÑOSAMENTE EL GATO.


Un vendedor de loros tenía a la venta un loro grande, uno mediano y otro lorito chico, rasca, poca cosa, una porquería de loro. Una persona se interesa en comprar uno de los loros.


¿Cuánto vale el loro grande, el más bonito?
Este loro vale 500 dólares.
¿Pero, por qué tan caro?
Es que es muy educado, le habla inglés y francés de corrido y hasta entiende el alemán y el japonés.
Increíble, de verdad, pero bueno, entonces dígame, ¿Cuánto vale el mediano que luce bastante bien?
Este vale 5.000 dólares porque además de hablar cinco idiomas, conoce de historia universal, geografía e investigaciones espaciales.

Verdaderamente increíble. No me queda más que preguntarle por el precio del lorito más chico, tan feo e insignificante.
Este es el loro más caro de todos, solo lo vendo en 50.000 dólares.
Pero no puede ser, ¿Por qué? ¿Sabe mucho?
Mire, la verdad que no estoy seguro, pero los otros dos le dicen jefe.


¿Qué hay que darle a un elefante con diarrea?
Espacio, mucho espacio.


Un día a la madrugada el cuidador de una estancia llama a su patrón y le dice señor: Se murió su lorito.
-¿Cual? ¿El que yo había invertido millones?-
– Sí, ese-
– ¿Y de que se murió?-
– Se empachó con carne de caballo-
– Y ¿quién le dio carne de caballo?-
– La agarró de los caballos muertos del piso-
– Y ¿por qué había caballos muertos?-
– Se murieron de tirar de la llave de agua-
– Y ¿para qué tiraban de la llave de agua?-
– Para apagar el incendio-
– ¿Qué incendio?-
– El de su casa-
– ¿Por qué estaba incendiada mi casa?-
– Porque se calló una vela del funeral de su madre-
– Pero si mi madre está viva-
– No, pasa que hace 3 horas vino acá y pensé que era un ladrón y le disparé-
-¡No!, ¡Asesino!, ¡Vete de aquí!
– Bueno, pero ¿por qué tanto escándalo por un lorito estúpido?


Un tipo hambriento entra a un restaurante; se sienta en una mesa sucia y ordena:
¡Mesero, venga aquí por favor!
Pero nadie le hace caso.
Insiste:
¡Oiga, mesero, venga por favor!
Nuevamente, nadie le hace caso.
Mientras espera, mira hacia la mesa y ve a 15 hormigas ‘punk’ en motos, armadas con bates, cadenas, navajas y látigos persiguiendo a una sola. La hormiga solitaria vestía chamarra negra, pantalón de cuero, botas negras y conducía una motocicleta plateada.
El hombre, asombrado, observa como el grupo de 15 hormigas intenta atrapa a la hormiga solitaria, cuando, de pronto, la hormiga solitaria da un giro de 180 grados en su vehículo, saca un látigo y de un sólo golpe tumba a 6 hormigas; se da la vuelta y sigue su camino.
Las cosas se están poniendo buenísimas, pensó el tipo. Hasta el apetito se le había quitado.
La persecución continuaba, y todas iban a la máxima velocidad esquivando vasos y platos, de improviso, la solitaria saca del bolsillo una bomba de humo; enciende la mecha y la arroja hacia la pandilla. El humo se expandió rápidamente haciendo que las perseguidoras tuvieran poca visibilidad y dos hormigas más cayeron al suelo. Ahora únicamente quedaban 7.
Varias hormigas le arrojaban navajas tratando de agujerear las llantas. Pero la hormiga era sorprendente y se movía de lado a lado. Colérica, la hormiga jefe, una enorme roja, bien fortachona, saca una cadena larga y le pega un latigazo en el brazo a la solitaria. Esta perdió el equilibrio y se estrelló contra un grano de arroz; rápidamente la hormiga se levantó y se subió a la moto, pero cuando levantó la mirada estaba rodeada. Las 7 hormigas punk, irritadas, sacaron sus armas; empiezan a acelerar sin avanzar, la otra hace lo mismo. Entonces las punk aceleran a toda velocidad con las armas al frente, la solitaria saca una cadena y de pronto…
Llega el mesero y limpiando la mesa dice:
¿Qué le sirvo, señor?


Papá piojo pasea por la cabeza de un calvo a su hijo piojito y le dice:
Cuando yo tenía tu edad todo esto era un bosque hermoso.


Va un loro con su amo por la calle y de repente pasa un señor y pregunta:
«Disculpe, ¿el animal habla?»
A lo que el loro responde:
«No, señor.»


Llega una señora a una tienda de mascotas y le pregunta al vendedor:
Señor, estoy en un dilema, ¿Qué mascota me recomienda comprar?
El señor contesta:
Le recomiendo comprar un loro, para que tenga a alguien para hablar.
Y la señora le dice:
¿Me puede mostrar al loro?
Claro que sí, mire, tenemos este loro que habla, si usted le jala la pata derecha dice cosas agradables y si le jala la pata izquierda dice puras malas palabras.
Y dice la señora:
¿Y si le jalo las dos?
Y el loro contesta:
¡Pues me caigo!


Un ratoncito sube a un elevador, y el operador le pregunta:
¿Qué piso?
Y el ratoncito le dice:
¡Mi colita!


En una ocasión caminaban por el desierto un forastero, su caballo y un perro. En cierto trayecto del camino el caballo no caminó más y exclamó:
¡Tengo mucha sed!
El forastero al oír al caballo hablar se asustó mucho, y corrió, corrió hasta quedar rendido de tan tremendo susto. El perro al ver a su amo, había hecho lo mismo; casi sin poder respirar el perro y el forastero, tendidos en la arena del desierto, el perro exclamó:
¡Vio que susto nos dio ese condenado caballo!


Estaba el Rey León todo borracho caminando por la selva, toma entre sus patas al conejo, lo levanta por las orejas, lo acerca amenazadoramente a sus ojos y le pregunta:
Conejo, ¿Quién es el Rey de la Selva?
¡Tú León, sólo tú!, responde el conejo asustado.
El León lo suelta y hace lo mismo con la tortuga, el jabalí, el búho, y se encuentra al elefante, lo toma por la trompa y le pregunta:
Elefante, ¿Quién es el Rey de la Selva?
A lo que el elefante lo enrolla en su trompa y lo golpea repetidas veces contra el piso, y los árboles cercanos, y lo lanza contra un muro de piedra.
Se levanta el León todo moreteado y dice:
¡Pero bueno, vale, si no sabes no te pongas bravo!


Un ciego está sentado en un banco tomando el sol. De repente se le acerca un perro y se le mea encima. Entonces el ciego empieza a acariciarle el lomo, y un hombre que pasa por allí le dice:
– Pero oiga ¿cómo le hace mimos a ese perro? ¿Usted se ha dado cuenta de lo que le ha hecho?
– Sí, pero es que para darle la patada primero le tengo que encontrar la cola.


Una tortuguita comienza penosa y lentamente a subirse a un árbol. Después de varias horas de esfuerzo, cuando llega a la punta, se lanza al vacío y se da un feroz golpe en el suelo.
Al rato, la misma tortuguita vuelve a hacer el esfuerzo y lentamente, trepando como puede, llega de nuevo casi a la punta, se lanza y se vuelve a dar otro costalazo.
Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y después de mucho rato y muchos jadeos, va llegando a la punta del árbol cuando se resbala, se vuelve a caer, agita sus patitas y se pega nuevamente un gran golpe en el suelo.
En el mismo árbol en el extremo de una rama, había una pareja de palomas mirándola con lástima, entonces la paloma hembra le dice al palomo macho:
Oye, querido, ¿No te parece que ya es tiempo que le digamos a la tortuguita que ella es adoptada?


Estaba una niña lavando un gato y pasa una señora y le dice:
«Pero niña, ¿qué haces lavando un gato?, ¿No sabes que así se puede morir?
Y la niña le contesta:
«¡No se muere el gato, es muy fuerte!»
Se va la señora, y en un ratillo pasa de nuevo por el lado de la niña y le pregunta:
«¿Por qué lloras?»
«Porque se me ha muerto el gato.»
Y le dice la señora:
«¿No te dije que se podía morir?»
«Pero no ha sido al lavarlo, ha sido al exprimirlo.»


Están jugando al fútbol el equipo de los elefantes contra el equipo de los gusanos. A diez minutos del final van ganando los elefantes por 50-0. De repente anuncian un cambio por el equipo de los gusanos y sale el ciempiés.
Cuando quedan cinco minutos para el final el ciempiés mete un gol tras otro y al final del partido quedan 50-75. El capitán de los elefantes se le acerca al de los gusanos y le dice:
¡Qué jugador más potente! ¿Por qué no lo habías sacado antes?
Es que estaba terminando de atarse los zapatos.


Entra un perro a una oficina con un periódico en la boca. Cuando intentan sacarlo, pone el periódico en el suelo y señala con una pata un anuncio que dice:
Solicitamos empleado que sepa escribir a máquina, conozca el lenguaje virtual basic, y hable varios idiomas. Igualdad de oportunidades: No importa raza, edad o sexo.
Entendiendo que el perro viene a buscar trabajo, lo llevan con el jefe de personal. Este le dice:
Este, ¿Sabes?, nosotros teníamos en mente a alguien distinto.
¡Guau!, dice el perro, señalando con su pata la parte del anuncio que dice igualdad de oportunidades.
Bueno, pero es que el aspirante debe saber escribir a máquina.
El perro se dirige al escritorio en el que está la computadora, se sube a una silla, y empieza a teclear con las patas. En pocos minutos sale de la impresora una carta de negocios perfectamente redactada, y sin una sola falta de ortografía.
Está bien, pero es necesario que el aspirante conozca visual basic, dice el jefe de personal.
El perro pone una pata sobre el mouse, utilizando la otra para teclear, y en pocos minutos termina una base de datos perfectamente estructurada, y sin un solo error. El jefe de personal, desesperado, le dice al perro:
Es que sucede que el aspirante debe hablar varios idiomas.
El perro se acerca al jefe de personal, y le dice:
Miau miau…


El hijito camello pregunta:
Mami, ¿por qué tenemos estas patotas?
Ay, mi bebé, pues muy sencillo, son para no hundirnos en la arena del desierto.
¡Ah!, oye, ¿y por qué tenemos estas pestañotas?
Ay, chiquito mío, pues para proteger nuestros ojos del fuerte sol y de la arena del desierto.
¡Ah!, mami, mami, ¿por qué tenemos esta jorobota?
Oh, queridito, pues en la joroba acumulamos grasa y líquidos para soportar muchos días en el desierto sin agua ni comida, así podemos tener grandes jornadas de trabajo, para eso nos sirve.
¡Ah!, oye, mami, ¿y entonces, qué diablos hacemos tú y yo en un zoológico?


Una familia de ovejas.
-¡Mamá!, ¡Mamá! ¿puedo ir a una fiesta?
-Veee, veee.


Un gato caminaba por un tejado maullando:
¡Miau, miau!
En eso se le acerca otro gato repitiendo:
¡Guau, guau!
Entonces, el primer gato le dice:
Oye, ¿Por qué ladras si tú eres gato?
Y el otro le contesta:
¿O sea que uno no puede aprender idiomas?


Estos eran dos ratones que andaban por la carretera, uno dice:
«Vas a ver cómo te paro ese tráiler con una mano.»
En eso que se le pincha una llanta al tráiler y por buena suerte que se para en la mano del ratón.
Cuando se para el tráiler, se baja el chofer y dice: ¡Voy a tener que sacar el gato!
Y dice el ratón:
«¡Ni me amenaces! Que te volteo el tráiler!»


Una vez un mosquito hembra le decía a su hijito larva:
Hijo, cuando seas grandes no salgas al mundo porque el mundo es malo.
Un día el mosquito desobedeció a su madre y salió a recorrer el mundo, y cuando regresó le dijo a su madre:
Madre eres mentirosa.
La madre muy extrañada le pregunta el por qué, y el hijo le responde:
Porque cuando salí a recorrer el mundo, todos me aplaudían.


– ¡Papá!, ¡Papá! ¿Cuál es el animal más viejo?
– No se hijito, ¿Cuál es?
– La cebra.
– ¿Por qué?
– Porque está en blanco y negro.


Esta era una vez dos ovejitas que estaban jugando a la pelota y se les va la pelota y una ovejita le dice a la otra:
¡Beeeeeeee!
Y la otra le dice:
¡Beeeeeeeee tú!


Había una vez unas hormiguitas que estaban cansadas que un elefante les rompiera el hormiguero, cuando éste se acercaba a una planta para comer. Entonces, las hormigas se pusieron de acuerdo, la próxima vez que venga el elefante, nos subimos arriba de la planta y nos tiramos encima de él y lo picamos todo. Así sucedió, vino el elefante y las hormiguitas se subieron a la planta y se le tiraron encima y lo empezaron a picar. El elefante comenzó a sacudirse y se cayeron todas las hormigas, salvo una que quedó enganchada del cuello. Entonces, las otras hormiguitas le gritaban desde abajo:
¡Ahórcalo! ¡Ahórcalo!


El rey de la selva, o sea el león, convoca a todos los animales a una junta urgente. Todos los animales se reúnen en el sitio de las juntas para escucharlo. Ya todos reunidos ven llegar al león en su carro último modelo. Llega, se baja del carro y se sube al estrado para hablar, y les dice con voz autoritaria:
Los he convocado para darles la orden, de que, el más feo de ustedes me lave mi carro, ahí se los dejo.
Los animales empiezan a discutir de quién lo hará. El pavo real dice:
Pues yo no, mis plumas son hermosas, y se va.
La cebra dice:
Pues yo tampoco, mis rayas no las tiene nadie, y se va.
La jirafa dice:
Pues yo tampoco, mi cuello largo me destaca de ustedes, y se va.
Así van diciendo un por uno, al final sólo se quedan el sapo y el cocodrilo. Se miran fijamente a ver quién se decide hablar primero, viéndose los dos a los ojos, el cocodrilo le dice al sapo:
Mira sapo no nos hagamos los tontos, yo lo lavo y tú lo secas.


Este es un señor que va a embarcar en un barco y llevaba a su cabra. En esto que el de la aduana le dice:
¡La cabra no pasa!
Entonces, el hombre se va y le ve un amigo y le dice:
Pinta la cabra de negro y ponle un bozal y pensará que es un perro.
El hombre lo hace y el de la aduana le dice:
¡He dicho que la cabra no pasa!
Y el hombre le responde:
¡Sino es una cabra, que es un perro!
Y el de la aduana le dice:
¿Y los cuernos?
Y el hombre contesta:
¡Con la vida privada de mi perro no se meta!


Iba caminando por el campo un pollito y de repente choca con un zorrillo, el cual era de habla inglesa, el zorrillo se disculpa y le dice:
I’m sorry.
Y el pollito le dice:
I’m pollito.


Va paseando un tipo muy rico por la calle con sus dos perros doberman carísimos que habían ganado miles de peleas; cuando de repente encuentra a un vago con un perro todo feo callejero, chico, maloliente, y le dice el rico al vago:
A ver, te echo una pelea, un perro mío contra el tuyo.
Y el vago voltea y le dice:
Órale, si quieres los dos contra mi perro.
Empieza la pelea, y cuando acaba, acaban todos los perros muertos; entonces el rico se pone a llorar y le dice al vago que sus perros le habían costado cien mil dólares cada uno; entonces el vago le dice:
¿Y tú cuánto crees que me costó la cirugía plástica de mi cocodrilo?


Caminaba un misionero por la sabana africana, cuando de repente vio aparecer ante sí, un león enorme.
El misionero miró a la derecha e izquierda, pero no encontró ningún lugar para ocultarse; ante lo cual comenzó a rezar, diciendo:
Señor, infunde a este animal sentimientos cristianos.
Ustedes dirán que la oración no es eficaz, pero en éste caso sí que lo fue, porque ¡Milagro!
El león se arrodilló y dijo:
Bendice señor este alimento que vamos a comer debido a tu bondad, amén.


Un carnicero estaba trabajando muy ocupado, cuando ve entrar a su local un perro al que echa de la tienda, poco después el perro entra nuevamente y esta vez el carnicero se da cuenta que el perro trae una nota en el hocico que dice:
¿Podría darme una pierna de cordero, por favor?
Lo mira, y ahora tiene un billete de 10 dólares en el hocico, así que el carnicero asombrado toma el dinero, mete la pierna de cordero en una bolsa y la coloca en el hocico del perro, el carnicero impresionado decide cerrar la tienda y seguir al perro, éste toma una calle hasta un cruce donde se detiene, deja la bolsa en el piso y se para en sus patas traseras para presionar el botón de cruce, una vez que cambia la luz, toma la bolsa, avanza y llega hasta un paradero de autobuses, ahí se sienta pacientemente y cuando se aproxima un bus se para, mira el número y se vuelve a sentar hasta que llega el autobús adecuado, entonces toma la bolsa y se sube, ya arriba del autobús mira por la ventana distraídamente hasta que llegan a un sector de la ciudad donde toca el timbre y se baja, de ahí llega a una casa, deja la bolsa en el suelo y con la cabeza empieza a golpear la puerta un par de veces y como nadie abre la puerta, da la vuelta a la casa, esta vez golpea una ventana y regresa nuevamente a la puerta a esperar que abran, casi inmediatamente aparece un tipo en la puerta que empieza a gritar al perro, por lo que el carnicero le dice:
¡Pero hombre! ¿Por qué trata así al animal? ¡Es un genio, bien podría salir en la televisión!
A lo que el hombre responde:
¿Genio? ¿Está usted loco? ¡Esta es la segunda vez en esta semana que olvida su llave!


Un bebé cocodrilo le pregunta a su papá:
Papá, ¿algún día tendré mucho dinero?
Sí, hijo.
¿Cuándo papá?
¡Cuando seas billetera!


Era una vez un señor que tenía una gata y ya no la quería más, entonces se fue al monte y la tiró. Después de unos días la gata regresó, y el señor se la llevó y la tiró del otro lado del monte, y la gata volvió. Entonces, le preguntó a su compadre, cómo lo podía hacer para que no volviera y éste le dio algunas indicaciones.
El señor le da las indicaciones, cruza el monte, ve al río y crúzalo, voltea a la derecha, luego a la izquierda, otra vez a la derecha, cruza el puente y deja la gata.
Después de una semana el señor llegó con el compadre todo sucio, cansado, hambriento, desvelado y sediento, y el compadre le pregunta:
¿Cómo te fue?
Y el señor le contesta:
Hombre compadre, si no es por la gata, ¡no regreso!


Llega un pollito a la cantina y le pregunta al cantinero:
¿Tiene uvas?
El cantinero le responde:
No, no tengo.
Se va el pollito y regresa al poco rato y pregunta lo mismo:
¿Tiene uvas?
El cantinero enfurecido contesta:
No, y si me vuelves a preguntar, te clavo los pies al piso.
Se va el pollito muy triste y a los 5 minutos regresa:
¿Tiene clavos?
El cantinero responde:
No.
Y el pollito vuelve a preguntar:
¿Y, tiene uvas?


Van dos amigos caminando por el campo, uno le dice al otro:
No puedo aguantar la sed.
Tranquillo, que llegaremos a un pozo dentro de poco.
Llegan al pozo, se acercan y comentan:
Parece que no se ve agua aquí.
Espera que tiraré una piedra, mira a un lado y otro y ve una gran piedra, la agarra y la tira dentro del pozo.
Pues parece que está profundo.
Espera que ya llegará, le dice el amigo.
En esto ven bajar una cabra corriendo hacia el pozo.
Mira la cabra esa, ¡Como corre!
La cabra se tira de cabeza al pozo, y dice uno:
Esta tenía más sed que tú, ¿Eh?
Entonces, aparece el cabrero y les pregunta:
Buenas tardes, ¿Han visto una cabra por aquí?
Sí señor, acaba de tirarse al pozo la pobrecilla, seguro que tenía sed.
Pero cómo se va a tirar al pozo la cabra, si la tenía yo aquí, amarrada a una piedra, dice el cabrero.


Entra un hombre al jardín de su amigo y ve un letrero que dice «cuidado con el perro».
Y de pronto ve a un perro chiquitín, chiquitín. Va donde su amigo y le dice:
¿Pero, para qué pones ese cartel si el perro es tan pequeño que no puede ni abrir la boca?
Sí, le dice, pero no sabes la cantidad de veces que me lo han pisado.


Un cazador se iba de cazería y su amigo le dice:
Si te encuentras con un león, persígnate, reza, y después te tiras al suelo, y el león no te hará nada.
El hombre va a la selva, y se encuentra con un León, se pone a rezar y se tira al suelo.
El León se pone a rezar y el hombre dice:
¡Un milagro, Un milagro!
El León le responde:
¿Cuál milagro? ¡Yo siempre rezo antes de comer!


Había una vez unos compadres que estaban tomando cerveza y platicando. Un compadre le dice al otro:
Oiga compadre, y cómo le fue en su viaje a la selva, ¿No le pasó nada?
Pues, fíjese que sí compadre, cuando llegué, estaba allí en la selva muy tranquilo cuando me empezó a seguir un león.
¿Y qué hizo, compadre? Pregunta el otro compadre.
Pues yo compadre, hice lo que cualquier otra persona hubiera hecho, yo empecé a correr, pero después que sale otro león y otro león.
¿Qué hizo compadre? Dice el otro.
Pues yo no más corría y corría y mira, va que se iban cayendo los leones detrás de mí, se volvían a parar y se volvían a caer, y yo seguía corriendo.
Le dice el otro compadre:
Y, ¿No se cagó del susto compadre?
Pues, ¿En qué cree que se estaban resbalando los leones cuando se cayeron?


¿Por qué las gallinas quieren tanto a sus pollitos?
Porque les costó un huevo tenerlos.


Había una vez dos murciélagos que estaban hambrientos por sangre, tenían mucho tiempo sin comer.
De repente llega otro murciélago con la boca bañada en sangre, y los otros murciélagos se quedan asombrados y le preguntan:
¿Oye, dónde conseguiste tanta sangre?
Y el murciélago le responde:
¿Ven esa pared que está allá?
Y los murciélagos responden:
¡Sí!
Bueno, yo no la vi.


El rey de la selva, va a celebrar una fiesta. Entonces dice:
Voy a hacer una fiesta.
Y todos dicen BIEN, y la rana:
(Cantando) ¡Qué bien me lo voy a pasar! ¡Qué bien me lo voy a pasar!
Y dice otra vez el rey:
Vamos a tener atracciones y caramelos.
Y todos BIEN, y la rana:
¡Qué bien me lo voy a pasar! ¡Qué bien me lo voy a pasar!
Y el rey hasta las narices de oír a la rana, dice:
Van a estar todos los animales, menos uno que es verde, con ojos saltones y pegajosos.
Y todos BIEN, y la rana:
¡Qué bien! ¡Que se joda el cocodrilo!


Dios estaba creando el mundo y les estaba poniendo el nombre a los animales:
-Tú te llamaras gallina-
-Tú te llamaras caballo-
-Tú te llamaras burro-
Y siguió poniéndoles sus nombres y después el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?-

Y dios contesta:
-Burro-
Después de 3 minutos más, el burro pregunta:
-¿Cómo me llamaba yo?-
-Burro-
Y así cinco veces más le vuelve a preguntar:
-¿Cómo me llamaba yo?-
Él le responde:
-Burro idiota-
Y el burro dice:
Yo ya me estaba aprendiendo el nombre y usted ahora me dice el apellido.


Un ladrón a la media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está adentro en la oscuridad oye una voz que dice:
¡Jesús te está mirando!
Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada continúa. Y de nuevo la voz le dice:
¡Jesús te está mirando!
El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice:
¡Ahhh que susto me diste! ¿Cómo te llamas lorito?
Y el loro le responde:
Me llamo Pedro.
Pedro es un nombre extraño para un loro.
Y el loro le contesta:
Más extraño es el nombre Jesús para un Doberman.